En la provincia de Buenos Aires el peronismo logró un triunfo contundente. Una victoria clara, sin matices. Sin embargo, San Miguel se convirtió en una excepción dentro de ese escenario.
La lista local encabezada por Juan José Castro no pudo aprovechar el viento a favor, mientras la boleta seccional de Gabriel Katopodis obtuvo un holgado triunfo en el distrito.
Una errática campaña que incluyó la presencia de Kicillof y confusos mensajes de concordia con el oficialismo filo-mileísta del intendente Jaime Mendez terminó de erosionar la confianza de los votantes.
La sociedad respondió con claridad y supo distinguir: acompañó lo que servía para frenar a Milei revalidando la condición peronista del distrito pero sin convalidar la propuesta local.
La boleta empujó. El candidato frenó.
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