Desde este lunes 6 de octubre, el Centro de Industriales Panaderos (CIPAN) dispuso un incremento del 12% en el pan y en todos los productos panificados. La decisión fue adoptada por unanimidad por la Comisión Directiva y representantes de centros panaderos de distintos distritos bonaerenses.
El presidente del Centro de Panaderos de Merlo, Martín Pinto, explicó que la medida respondió al fuerte incremento de la harina y otros insumos, además de los ajustes en los alquileres tras la derogación de la ley nacional que regulaba los contratos. Señaló que en muchos locales se aplican actualizaciones cada dos meses o incluso mensuales, lo que genera inestabilidad y dificulta la planificación de las panaderías.
Con el aumento, el kilo de pan pasó a costar $2.800 como mínimo en los barrios y entre $3.000 y $3.300 en las zonas céntricas, según los costos de cada comercio. La suba también alcanzó a facturas, panes especiales y masas, con un impacto directo en el gasto familiar. Desde el sector remarcaron que el ajuste busca sostener la actividad y preservar las fuentes de trabajo en un contexto donde los márgenes de rentabilidad se redujeron al mínimo.
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