Durante la mañana de este viernes, circuló por las redes sociales una convocatoria a la mesa “En Hurlingham es con Axel”. Rápidamente, allegados al gobernador de la Provincia de Buenos Aires salieron a desmarcarse de una jugada que atribuyeron sin dudar al ex ministro de Alberto Fernández, Juan Zabaleta. “¿Cómo Axel va a lanzar oficialmente una mesa con el tipo que hace dos semanas se sacó una foto con funcionarios de Milei? Axel está en la vereda de enfrente de todo eso”, razonó una fuente con acceso a Dardo Rocha.

En un mensaje de X, la ex diputada nacional y actual secretaria de Ambiente de Hurlingham, Florencia Lampreabe, había escrito: “No creo que el gobernador esté detrás de esto”. Y depositaba en Zabaleta el origen de esa convocatoria. El arranque axelista de Zabaleta se suma a un largo historial de “panquequismo” que en la Provincia de Buenos Aires conocen muy bien, porque, de hecho, en el programa de Alejandro Fantino, Zabaleta había criticado hace poco y con dureza al gobernador. “No tiene sentido común, se deja llevar por la ideología”, protestó Zabaleta frente a la decisión de Kicillof de no sumarse al RIGI de Javier Milei y obtener así la planta de GNL en Bahía Blanca. Zabaleta sumó nuevas quejas contra Kicillof la semana pasada, cuando declaró que, durante las internas locales de 2023 en las que perdió contra el kirchnerismo, el gobernador no lo apoyó.

Fuentes cercanas al gobernador califican de “un quemo” el apoyo de Zabaleta, quien tiene un fuerte pasado anti-Cristina, primero en 2017 de la mano de Randazzo, y luego como ministro de Alberto Fernández, a quien pretendió “empoderar” para que liderara un nuevo peronismo antikirchnerista. Pero especialmente preocupa en La Plata la idea de que un dirigente que hace dos semanas mantuvo una reunión con Sebastián Pareja y altos dirigentes del mileísimo roce el perfil opositor con que se proyecta nítidamente el gobernador. Cabe recordar que Zabaleta, al salir de Casa Rosada, había expresado enigmáticamente : “Este gobierno me trata mejor que el anterior”. El armado político de Axel pretende construir desde la amplitud, pero con límites claros: nada cercano a Milei.