Un informe reciente reveló que los trabajadores registrados sufrieron una caída de hasta el 11% en su poder adquisitivo durante 2025. El impacto resultó más fuerte en el sector público, donde la pérdida llegó al 19,4%, mientras que en el sector privado la baja fue menor pero igualmente significativa.
Los empleados estatales fueron los más afectados por el ajuste salarial aplicado bajo la gestión de Javier Milei, acumulando retrocesos que deterioraron su capacidad de consumo. En contraste, los trabajadores privados registrados lograron sostenerse en mejores condiciones, aunque con una merma que osciló entre el 0,3% y el 6,6%, según el índice utilizado para la medición.
El panorama mostró una particularidad: los asalariados no registrados experimentaron un incremento real de hasta 10,7% en los primeros meses del año. Esta situación profundizó la polarización del mercado laboral argentino, con empleados públicos en caída, privados con ingresos estancados y no registrados que lograron recuperar parte de su poder de compra.
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