Después de haber perdido en su distrito y no encontrar lugar en el espacio del gobernador Kicillof, Zabaleta se mostró esta semana junto al ex gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, al intendente de Tigre, Julio Zamora y al senador provincial y ex intendente de San Miguel, Joaquín De la Torre, en una actividad en el Sindicato de Comercio de Tigre.

Rebotó frenéticamente, como la bola metálica de un flipper, y al fin Juanchi Zabaleta consiguió un pequeño espacio donde poder hacer lo que mejor le sale: dividir. Ni bien perdió en su distrito apostó todo lo que pudo en la interna peronista con el fin de que el gobernador Kicillof lo avalara, pero no pasó.

Luego fue a la Casa Rosada y se dejó fotografiar con la imagen del presidente Milei de fondo mientras decía «este gobierno nos trata mejor que el anterior». Pero en el sector peronista de La Libertad Avanza prefirieron cerrarle la puerta. «Es yeta, mejor tenerlo lejos, lo que toca lo funde. Y encima hizo mucho enchastre, en cualquier momento termina declarando en la justicia por lo del tribunal de cuentas. El municipio está haciendo una auditoría que hay que ver cómo sale.”, comentó, no sin sorna, una fuente cercana al armador de Karina Milei en la provincia.

Hace pocas semanas se conoció un fallo del Honorable Tribunal de Cuentas que multó a Zabaleta por más de $80 Millones de pesos por irregularidades en su último año de gestión. El órgano de auditoría externa de la Provincia de Buenos Aires lo responsabilizó por el uso indebido de fondos a lo largo de 2023.

En 2017 Zabaleta jugó con la lista de Florencio Randazzo contra Cristina Kirchner y sacó cuatro puntos. En sus horas de ministro de Alberto Fernández invirtió todo lo que pudo para lanzar el «albertismo». Hoy confiesa públicamente que «le pide» a otros dirigentes que «se animen» a tener críticas al kirchnerismo. Ahora parece haber encontrado un conchavo en el schiaretismo, cuyo objetivo parece estar más ligado a cosechar esos 3 o 4 puntos, para los que nunca faltan inversores.