Una encuesta revela que 1 de cada 4 inquilinos en Argentina lucha por pagar su alquiler, lo que agrava la crisis habitacional. La falta de regulación y el aumento de los costos de los alquileres y las expensas profundizan la situación.
Una reciente encuesta pone en evidencia la crisis de los alquileres que afecta a millones de argentinos, cada vez más inquilinos luchando para pagar su vivienda. Según el informe de Inquilinos Agrupados, el 25% de los inquilinos tuvo que dejar su vivienda en los últimos tres meses debido a la imposibilidad de afrontar los pagos, lo que resalta la difícil situación de muchas familias que viven en grandes ciudades como Buenos Aires y Santa Fe.
Gervasio Muñoz, presidente de la organización, manifestó su preocupación al señalar que “el 44,6% de los ingresos de las familias se destinan al alquiler y las expensas”, lo que revela la creciente carga económica para los inquilinos. En este contexto de salarios estancados, muchos hogares deben elegir entre pagar el alquiler o destinar recursos a necesidades básicas como alimentación y salud.
Muñoz explicó que, en la práctica, el desalojo económico no requiere intervención judicial, ya que la ley del mercado ya se encarga de expulsar a los inquilinos: «Si no podés pagar, te vas», sentenció. La diferencia entre los ingresos de los trabajadores y los costos de alquiler sigue siendo alarmante, con precios que alcanzan hasta el 50% del salario promedio, como el caso de un monoambiente en la Ciudad de Buenos Aires, que puede costar hasta 300.000 pesos mensuales.
El informe destaca que el 94% de los inquilinos enfrentan condiciones de alquiler fuera de la ley, que no cuenta con la regulación necesaria. El gobierno de Javier Milei sigue defendiendo la desregulación del mercado, lo que permitió que el mercado inmobiliario imponga sus propias reglas. Los contratos de alquiler se acortan, los aumentos son constantes y las expensas suben sin control, aumentando aún más la presión sobre los inquilinos.
El informe también muestra un incremento alarmante en el endeudamiento de las familias, con un 65% de los inquilinos que recurren a tarjetas de crédito para cubrir sus gastos, y un 20% que se endeuda para pagar el alquiler. Además, las expensas en zonas de alta demanda, como la Ciudad de Buenos Aires, aumentaron drásticamente, con casos en los que las expensas de un departamento de tres ambientes pasaron de 20.000 a más de 110.000 pesos en solo un año.
La juventud es una de las más afectadas por esta crisis, con la edad promedio para emanciparse aumentando a los 26 años. Las altas tasas de desempleo, los bajos salarios y las estrictas condiciones para alquilar impiden que los jóvenes puedan acceder a una vivienda propia o alquilada, dejándolos atrapados en un círculo vicioso.
El 87,8% de los inquilinos cree que tendrá dificultades para pagar el alquiler en los próximos meses, lo que anticipa un panorama aún más complicado. Con contratos cada vez más cortos y aumentos atados a la inflación, la falta de regulaciones claras sigue profundizando la crisis habitacional.
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