Tras vetar el financiamiento de la educación pública superior, el oficialismo impulsa cambios simbólicos como el renombramiento del ex Centro Cultural Kirchner y negocia intensamente para lograr la aprobación del Presupuesto 2025. La oposición alerta sobre posibles ajustes en áreas sensibles como jubilaciones y educación.
En las últimas semanas, el gobierno de Javier Milei ha quedado en el centro de la controversia tras vetar el financiamiento de la educación pública superior. A pesar de la resistencia que esta medida generó, el oficialismo ha desplegado una serie de acciones para desviar la atención y reforzar su narrativa política.
Entre las decisiones más simbólicas destaca el cambio de nombre del ex Centro Cultural Kirchner, ahora rebautizado como «Palacio Libertad», en un claro mensaje de ruptura con el pasado kirchnerista. Este gesto se alinea con el discurso anticasta de Milei y fue ampliamente difundido por su equipo de comunicación, liderado por Santiago Caputo y Manuel Adorni.
Paralelamente, el gobierno aceleró el anuncio de medidas para reducir el aparato estatal, otra de las promesas de campaña. A pesar del rechazo, logró asegurar un respaldo clave en el Congreso para sostener el veto al financiamiento universitario, con el apoyo de aliados como el PRO y La Libertad Avanza. No obstante, la mirada ya está puesta en la próxima batalla: la aprobación del Presupuesto 2025.
El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, ha estado en negociaciones con gobernadores y líderes de distintos bloques, buscando los votos necesarios para aprobar el presupuesto. Si bien aún no tienen garantizado el apoyo total, confían en sumar sectores de la oposición que, aunque criticaron el veto educativo, podrían mostrar apertura en temas fiscales.
A pesar de las gestiones, la oposición advierte que el Presupuesto 2025 podría traer ajustes en áreas sensibles como jubilaciones y educación. Desde Unión por la Patria (UxP), rechazan lo que consideran un ajuste «a toda costa», argumentando que afectará a los más vulnerables. Mientras tanto, el gobierno defiende su estrategia, destacando la baja de la inflación al 3,5% en septiembre y el impacto positivo de sus políticas económicas.
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